Objetivo Estratégico 2: Evitar la dispersión urbana y revitalizar la ciudad existente.
El análisis realizado sobre múltiples sistemas urbanos y la recopilación de medidas que han conseguido minimizar sus impactos más negativos permite diseñar un modelo urbano que, tiene entre sus notas características, la compacidad en su morfología, la complejidad (mixtura de usos y biodiversidad) en su organización, la eficiencia metabólica en su funcionamiento y la cohesión social en la búsqueda de la equidad y la igualdad. Es, además, un modelo que resulta aplicable a cualquier tipo de población, con independencia de su escala y entidad. La búsqueda de la proximidad en relación con las actividades que tienen repercusión urbana, es y debe ser un objetivo en sí mismo, para todo tipo de planificación, sea para áreas funcionales o áreas metropolitanas, grandes, medianas o pequeñas ciudades.
La morfología urbana es el eje vertebral de soluciones formales que van desde la densidad edificatoria a la distribución de usos espaciales, el porcentaje de espacio verde o de viario, etc. Determina también la proximidad entre los usos y las funciones urbanas y está muy condicionada por el modelo de movilidad y el modelo de ordenación del territorio del que derive.
La planificación u ordenación del suelo debe perseguir estructuras urbanas compactas y polifuncionales, que prioricen los procesos de reciclaje de los tejidos urbanos ya existentes, la recuperación de suelos en desuso ubicados en el interior de los ámbitos urbanos y la redensificación de los suelos urbanizables dispersos.
OBJETIVOS ESPECÍFICOS
2.1. definir un modelo urbano que fomente la compacidad, el equilibrio urbano y la dotación de servicios básicos.
2.2. garantizar la complejidad funcional y diversidad de usos.
2.3. garantizar la calidad y la accesibilidad universal de los espacios públicos.
2.4. mejorar el medio ambiente urbano y reducir la contaminación.
2.5. impulsar la regeneración urbana.
2.6. mejorar la calidad y la sostenibilidad de los edificios.